El Hábito Motivacional de la Buena Lectura [Parte 2 de 2]
Por: Edwin C. Rivera Manso
Hace algunos años se lanzó una campaña publicitaria muy exitosa en Puerto Rico acerca de la importancia del uso correcto de nuestro idioma. Los comerciales televisivos hacían referencia a esos errores comunes de expresión generalizados al hablar y tenían un estribillo que decía: “Idioma defectuoso, pensamiento defectuoso”. Y, aunque algunos señalaron de clasista dichos anuncios, nos parece que este estribillo tampoco está tan distante de la realidad.
Una amiga me hizo llegar esta foto de un restaurante de comida rápida al que se le acabó la bebida gaseosa “Sprite” y el empleado(a) de turno colocó un cartelillo redactándolo en la forma en que lo ve en la foto. Puedo pensar, dando el beneficio de la duda, que fue una broma entre compañeros(as) de trabajo o una manera ingeniosa de llamar la atención del cliente, sin embargo, usted y yo sabemos que en nuestro día a día conocemos de personas que se expresan muy pobremente y de la misma manera escriben.
No hace falta nada más que prestar atención a nuestras redes sociales. Si usted es usuario de Twitter, Facebook, etc… Usted sabe que la gente escribe “barbaridades” no solamente en el contenido sino en la gramática, ortografía y redacción de lo escrito.
Durante mis años de universitario tuve la oportunidad de servir de tutor de Ciencias Sociales y Humanidades para el programa de Servicios Académicos Especiales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. En este programa nuestra tarea era servir a estudiantes de: primera generación universitaria (papá y mamá no asistieron a la universidad), de escasos recursos económicos y/o comunidades no representadas en la población universitaria. Uno de los más grandes retos y en ocasiones frustraciones a los que los estudiantes se enfrentaban era descubrir que cognitivamente comprendían el material, pero tenían una seria deficiencia en el asunto de articular su pensamiento y ponerlo por escrito. En muchísimas ocasiones, los estudiantes luego de las sesiones de tutoría, se daban cuenta que lo que estaban escribiendo no articulaba de manera propia lo que ellos querían decir. Gracias a Dios, las experiencias de tutoría nos servían para interesarlos en la lectura, pues no había otra forma de ampliar su vocabulario y de brindarles las herramientas para una articulación mental, lingüística y escrita cabal.
La lectura promueve los siguientes beneficios[1]:
- La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar. En el acto de leer, se establecen conceptos, juicios y razonamientos ya que, aunque no seamos conscientes de ello, estamos dialogando constantemente con el autor y con nuestra propia cosmovisión.
- La lectura es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que promueve el desarrollo de las habilidades cognitivas fundamentales: comparar, definir, argumentar, observar, caracterizar, etc.
- La lectura aumenta nuestro bagaje cultural; proporciona información, conocimientos de diferentes aspectos de la cultura humana.
- La lectura amplía los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes, experiencias y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio.
Creo que usted ha comprendido bien lo que beneficia la lectura para nuestro crecimiento como seres humanos. Ahora, si la falta de lectura provoca lo que antes he mencionado, en el caso nuestros como creyentes, ¿No estaremos enfrentando un pensamiento defectuoso en torno a Dios y nuestra fe por la falta de lectura de la Biblia? Si ha seguido la línea de argumentación de este artículo, las conclusiones son lógicas, obvias y dolorosas.
Como profesantes del cristianismo el ejercicio de la lectura bíblica es fundamental para definir nuestra fe. La revelación especial de Dios al ser humano se dio a través de la persona de Cristo y mediante su Palabra. ¿Se imagina si no tuviéramos la revelación escritural?
1. Si Dios no nos hubiera provisto las sagradas Escrituras, no habría ninguna manera de conocer a Dios en su persona, esencia y carácter (o sea, de manera concreta, sólida y profunda) ni elaborar un sistema de estudios teológicos. La Biblia es la obra de la revelación e inspiración de Dios.
2. La Biblia nos provee un conocimiento fundamental de las obras de Dios.
3. La historia de la revelación nos provee un criterio: panorámico, interpretativo y pragmático de los tratos de Dios con sus criaturas.
Queridos hermanos y hermanas les animo a rescatar su lectura como pasatiempo, deleite, disfrute y pasión. Pero muy en especial, la disciplina espiritual de la lectura bíblica. Esta Palabra, como dice el redactor de la carta de Hebreos 4:12: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Aprópiese de este consejo y haga esta palabra suya.
Edwin Rivera Manso es presidente de A Otro Nivel Enterprises and Ministries. Durante más de una década ha sido consultor y conferenciante internacional en el tema de liderazgo, además de un predicador vibrante del Evangelio. Es autor de varios libros y materiales de liderazgo. También es animador del programa radial vespertino Cerrando el Dia transmitido por Nueva Vida 97.7 fm en su natal isla de Puerto Rico. Para mas detalles acceder a: http://www.aotronivel.com
[1] Las primeras 4 las puede buscar en nuestro pasado escrito del blog, la primera parte del articulo: Las mismas son tomadas del siguiente blog: http://marthaisarra.obolog.com/importancia-lectura-26904.